A cargo de la Profesora Úrsula Vallendor.
Viernes 26 de noviembre de 18 a 21 hs y sábado 27 de 10 a 13hs.
En Escuela “La Semilla”, El Lazo 150 (alt. Av. Bustillo 11.400)
Cada edad tiene su particularidad, pero alrededor de los nueve años, los niños pasan por un cambio particularmente profundo, referido por los maestros Waldorf como el “rubicón”, el “punto de no retorno” de la infancia.
Alrededor de los nueve años nos empezamos a separar del mundo. Nos alejamos, nos hacemos independientes y empezamos a cuestionar todo lo que antes dábamos por hecho.
Rudolf Steiner describe cómo el niño de nueve años experimenta en un nivel espiritual lo que el niño de tres años experimentó la primera vez que dijo “Yo”. Es ahora cuando surge una experiencia de individualidad independiente de todo lo demás. Esto conlleva el primer sufrimiento por soledad, pero también la primera dicha de estar con uno mismo. Trae la primera capacidad de entender la muerte como una realidad. Podría decirse que es la primera vez que nos sentimos tan inseguros de nuestra relación con la Naturaleza, con la Eternidad, con los otros, con nosotros.
¿Cómo acompañar a un niño de nueve años a restablecer su relación consigo mismo y con lo que lo rodea?