Abrir las puertas siempre trae nuevos aires que refrescan y renuevan energías.
Aún en pleno invierno, cuando el frío invita a retraerse, abrir la puerta hace bien, pues deja que el adentro y el afuera se equilibren.
Los "Mundos In-vernos" que se abrieron en estos días en la escuela fueron una valiosa oportunidad para este intercambio...
quien palea la nieve para poder pasar,
quien enciende la chimenea,
quien dispone un ambiente,
quien pinta lo de su interior,
quien ofrece sabores y aromas que deleitan,
quien ilumina y enfoca, resaltando el valor de la belleza,
quien limpia y hace, imperceptible, que cada cosa esté en su lugar,
quien cuida a los niños,
quien inunda el espacio de música,
quien vibra el alma en una mirada,
quien no se animaba y dio el paso,
quien generoso ofrece compartir la abundancia
quien teje encuentros de ida y de vuelta...
todos hacen juntos el calor interno necesario para que el frío invernal se torne un amigo, como el que entró porque vio la puerta abierta.